Hoy vamos a cocinar el pastel del amor. Un plato que todos creen saber la receta pero que difícilmente consiguen que quede tan suculento como debiera.
Par empezar se obtiene una masa de confianza sólida y blandita, con suficiente profundidad para que quepa el resto de la sustancia.
Sobre esa masa que se puede obtener ya hecha o bien elaborarse con paciencia y mucho amasar a base de cariño y ternura, se le pondrá una capa de fruta de la pasión con varias cucharadas de azúcar (nunca sacarina) que endulzará toda la composición.
Encima una capa de nata espesa y suculenta que hará que la pasión adquiera cierta ternura.
Luego se le añade una nutritiva conversación que solidificará la base de confianza cuando la pasión vaya perdiendo forma.
Añadimos solidaridad con una manga pastelera y como guirnalda pequeños caramelitos de paciencia.
Se mete al horno durante una hora a 200º de temperatura y cuando esté crujiente y sólido obtendremos el pastel del amor listo para ser digerido y evadirse al cielo.
Esta receta es tan milenaria como la existencia de la tierra, pero yo nunca he conseguido que me quede bien, siempre fallo en las cantidades de los ingredientes, supongo que es cuestión de práctica. Os animo a que lo intentéis. ¡Espero que tengáis más suerte!
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