Sentimental

Friday, October 14, 2011

No quiero cambiar el mundo, sólo vivir en armonía con él



Estas rotundas palabras salidas de la voz anciana de un Jose Luis Sampedro que goza de 92 lúcidos años han hecho de efecto valium para mi ansiedad vital.

Ahora puedo relajarme. No tengo porqué pretender cambiar el mundo si verdaderamente el cambio viene seguido de una armonía contagiosa. Yo no soy nadie. Una mera neurona que camina día y día sobre laderas de preguntas que no encuentran su respuesta.

No sé cual es mi objetivo en esta esfera, pero me relaja contemplar que la gente ignorante camina hacia delante obcecados por la necesidad de ser alguien. Olvidando que al lado tenemos otro que también quiere ser alguien, que no lo será si tu no empiezas a valorarle como tal.

NO entiendo de libertad pues nunca he conocido su sabor. Pretendo alimentarme de sémolas de este derecho que de tanto ser manipulado ha perdido su verdadero valor. Pero sé y entiendo, que mientras pueda y a nadie ofenda actuaré sobre la tierra desde la armonía, la comprensión, la solidaridad y la igualdad. Quiero comprenderte a ti, y a ti, y a él, y a ellos, sin olvidarme de aquellos o los de más allá.

¿Porqué los valores han pasado de “libertad, igualdad, fraternidad” a “productividad, competitividad e innovación”? ¿Qué sentido tiene ceder nuestras acciones, decisiones e inteligencia al servicio tecnológico si aún tenemos que repararnos a nosotros mismos?

Deslumbrante el razonamiento sobre esto en la neurona del gran Sampedro en la entrevista concedida al País Semanal el pasado junio:



ENTREVISTADR: Dicen que China está a punto de superar a Estados Unidos en desarrollo.

SAMPEDRO: El desarrollo está pensando en la rentabilidad. Lo importante no son esas tres palabras que ahora todo lo mandan: productividad, competitividad e innovación. En vez de productividad, propongo vitalidad; en vez de competitividad, cooperación, y frente a esa innovación que consiste en inventar cosas para venderlas, creación. Esa es otra. El arte es mercancía. Esos artistas como Hirst, que cogen una cabeza de vaca, le ponen un diamante y se forran. Perdonen, pero eso no me parece desarrollo. El desarrollo humano sería el que condujera a que cesaran las luchas y supiéramos tolerarnos. Y ser libres, pero todos, porque la libertad es de todos o no es.”

….



“…la gente no hace crítica, porque acepta la creencia que le proponen a base de bombardearle con los medios.”



“…Los que tienen poder quieren más poder; los que tienen dinero, más dinero; los banqueros que están forrados quieren sueldos más altos, y a la vez le dicen al obrero que hay que trabajar más y cobrar menos, ¡pero bueno! ¿Por qué no se para un rato la rueda y se reflexiona? Porque a los que mandan no les conviene, por eso no favorecen el pensamiento crítico, sino el transmitido por sus medios y por la educación, porque eso empieza en la niñez. Ahora lo de Bolonia es entregar la Universidad a los financieros e industriales. Y se estudiará lo que convenga para producir más…”

“Yo aconsejo que el chico haga lo que le guste, porque rendirá más y vivirá más feliz, aunque gane menos.”



E. : ¿No hay también apatía y conformismo de la mayoría?

J.L.S.: Sí, porque al mismo tiempo que nos dividen y nos mantienen en la ignorancia, nos ofrecen otros alicientes: el espectáculo, los festivales, el fútbol, y se desahogan por ese lado. Está todo montado también para ocultar lo que pasa detrás de la cortina. En cambio, nadie parece darse cuenta de que el señor Rajoy es el primer aliado de los que nos causan los problemas de crédito, porque dice en todos los foros que España está muy mal. La gente no reflexiona sobre eso, porque esa es una razón para no votar a esas personas que denigran a su país solo porque no son ellos los que gobiernan.



E.: Llevamos ocho años de Gobierno socialista. ¿No han estado a la altura?

J.L.S.: No, por una razón muy sencilla: no son socialistas. Es un Gobierno capitalista que pasa por socialdemócrata. El socialismo no habría privatizado Telefónica. Ahora anuncia que va a despedir a 8.000 obreros; si fuera del Estado, no lo haría. Y dirán: la empresa pública es menos rentable. Pero ¿para quién? Las empresas privadas dan más dinero para el director, no para los obreros. Y si viene otro Gobierno, será más capitalista aún. Los Gobiernos no evitaron la crisis financiera y los pueblos siguen votando a quien ha hecho las cosas mal. ¿Quiénes provocaron la crisis?: los banqueros. ¿Quiénes salieron antes?: los banqueros. ¿Quiénes siguen ganando mientras el resto está parado?: los banqueros. ¿Quiénes les manda?: el capital.



E.: Dice que esta casa frente al mar es su sanatorio de reposo mental. ¿Qué encuentra aquí?

J.L.S.: He comprado todo lo que se ve desde la terraza, sí, es mío. Usted se ríe, pero imagine que soy archimillonario y he adquirido ese trozo de mar, ¿qué haría con él? Pues lo mismo que ahora, porque no tengo la obsesión de ser propietario, que es lo que hace que los ricos compren la vaca de Hirst. Lo contemplaría, pasearía y dejaría que la gente se moje, porque no me perjudica. Pero la gente quiere ser propietaria, porque quiere mandar, y quien posee una cosa quiere otra. Hace falta menos para vivir bien.



E.: ¿Qué es lo imprescindible?

J.L.S.: El afecto. Y quien no lo tenga, afecto hacia sí mismo, hacia la naturaleza, hacia un perro. Fuster, a los estresados les decía: cómprese un animal de compañía, aunque sea un loro, y hable con él. No se precisa mucho más.



E.: En este siglo de tantos inventos, ¿de cuál disfruta más?

J.L.S: De los libros y la música.



E.: Me refería a algo de la modernidad.

J.L.S.: El ascensor es un gran invento.



Entrevista íntegra: http://www.elpais.com/articulo/portada/Somos/naturaleza/Poner/dinero/bien/supremo/nos/conduce/catastrofe/elpepusoceps/20110612elpepspor_8/Tes