Esta pregunta no deja de bombardear mi cabeza, tras vivir una experiencia cuanto menos desagradable y perfectamente encajable en el Teatro del absurdo.
Me disponía a pasear con mi bici y mi perra en un clima acorde a las circunstancias, pensando que la temperatura se me antoja perfecta mientras la multitud deprende su rutinaria felicidad superficial. Entonces advierto dos coches y cinco motos de policías rodeando a dos personas: "Serán terroristas", pensé a primera estancia. Pero mi idea primaria se desvaneció cuando contemplé a dos jóvenes de aspecto desaliñado. "Quizás se trate de vulgares ladrones" vacilé seguidamente, sin evitar sentir verguenza ajena por la desproporción entre: delincuentes-cuerpos de seguridad.
Pero entonces,me percaré de que los presuntos delincuentes eran humildes músicos de calle que ofrecían su arte a cambio de una triste limosna en una concurrida Calle Larios...
Los polícias, cumpliendo siempre con su deber y evitando que estos terribles malhechores dañen a la sociedad con su música, los detiene, con graves alaridos y olvidando el derecho al respeto humano: a los músicos, a los Sintecho, a los extrangeros, a las paersonas...
Yo solo pude observar y desear ser un policía LOCAL, grande y fuerte que apareciera de entre las tinieblas para decirles a mis compañeros: SOIS LA VERGUENZA DEL CUERPO y liberar majestuosamente a aquellos desgraciados mientras la muchedumbre dejaba su impasividad, para aplaudir tal acto.
Empero al ser simplemente una joven de aspecto desaliñado, solo pude coger mi bici, limpiarme las lágrimas y desahogarme en mi cotidiano BLOG.
1 comment:
lo cierto es que debe existir poca gente que sepa realmente para qué sirven... como a los malos, cuanto más lejos, mejor.
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